WASHINGTON, DC - El desarrollo de una declaración estadounidense sobre los derechos de los pueblos indígenas por parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha estado en marcha durante más de 20 años. En los últimos meses, el Proceso de Declaración Americana de la OEA se ha ralentizado significativamente. Parte del retraso se debe a diferencias de opinión sobre cómo proceder después de la adopción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
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Delegado del Consejo de la Nación Navajo Rex Lee Jim y el abogado del Fondo de Derechos de los Nativos Americanos Kim Gottschalk en la OEA. Foto de Juan Manuel Herrera. |
Estados Unidos y Canadá han declarado una negativa a aprobar una declaración sólida en este momento, lo que refleja la misma posición que tomaron para negarse a votar a favor de la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas en septiembre pasado.
Solo ha habido dos reuniones en los últimos siete meses involucrando países y representantes indígenas, ninguno de los cuales produjo mucho progreso en el texto de la Declaración Americana o en los problemas más grandes que se están debatiendo en el proceso.
La primera de estas reuniones fue una sesión de reflexión convocada en noviembre de 2007 para considerar los objetivos y la metodología del proceso de negociación, y para obtener sugerencias sobre cómo mejorarlo. Si bien los estados y los representantes indígenas presentaron recomendaciones al Consejo Permanente sobre estos asuntos, parece que esas recomendaciones no actuarán hasta después de la próxima reunión de la Asamblea General en junio de 2008.
La segunda reunión fue la undécima sesión de negociación sobre el borrador de la Declaración Americana, celebrada en abril de 2008. Surgieron desacuerdos sobre cómo continuar el proceso de negociación, ya que Canadá y Estados Unidos son los objetores más vocales para usar la Declaración de la ONU como punto de referencia.
Los representantes y abogados del Centro han alentado una mayor participación de las naciones indias y los gobiernos indígenas para dar mayor peso a la necesidad política y práctica de una declaración estadounidense. Continuaremos informando e involucrando a estas naciones, monitorear los desarrollos, brindar asistencia legal y reunirnos con todos los actores en nuestros esfuerzos para avanzar.
Reconocemos que la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas ya habla con los derechos humanos de los pueblos indígenas como individuos y colectivos en un contexto global. Sin embargo, las Américas tienen una historia muy diferente de otras partes del mundo, y los pueblos indígenas en las Américas continúan experimentando el legado del colonialismo. Los pueblos indígenas en las Américas continúan sufriendo una grave privación económica, social, política y cultural. Es fundamental que la organización de los estados estadounidenses aborde específicamente los derechos de los pueblos indígenas en las Américas, en lugar de confiar únicamente en la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas.